He aprendido a retirarme lentamente
a comprender los vientos que vienen dulces
y dicen secretos sabiamente.
He aprendido a callar aunque a veces
duela el alma.
A dejar pasar las cosas y observar
la voluntad de Dios como perfecta.
He aprendido que cada vuelo tiene
su norte y dejar volar impulsa mi horizonte.
He aprendido que no he vivido
en vano, encuentro en el amanecer
la fuerza Divina, me invita a disfrutar
del atardecer para abrazarme con calma
en cada anochecer.
A soltar el tiempo y a quienes en él
han vivido mis instantes.
He aprendido a escuchar los pasos día a día
confirmar que solo tengo
lo que vivo en este preciso momento.
A comprender que son pocos los amigos
y quien no te necesita no te busca.
He aprendido lo pasajeros que somos
en un mundo indiferente que sigue adelante
estemos o no estemos presentes.
He aprendido que el amor lo es todo
el verdadero no reclama, ni pide,
abraza, cobija el alma para siempre
y tiene nombre… familia.
¡En verdad he aprendido!
María del Pilar Casas.
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