En la Residencia Temporal
Del néctar de tu Esencia
Atrapada en la orfandad de mi lengua
Se posesiona de mi sangre
Y se expande en todo mí ser
Cohabitando mi cuerpo y mi alma
En el profundo insomnio
Que tu presencia reclama
Con el temblor de mis dedos
Huérfanos de la mujer
Ausente y transformada en Esencia
Que victoriosa es la eterna
Residente del ansia de mi lengua
Buscándote en el silencio nocturnal
Con la resignación, tu nombre exclama