Haz Ámbar
Solo y sin remedio...
Solo y sin remedio, perdido por el mundo,
no lo sé ni puedo yo solucionarlo,
salir de este agujero, y de nada sirve decirlo,
quiero irme ya de aquí, pero quién vendría conmigo...
¿Mi corazón galopa en balde?
¿O de verdad es que es esto así: la vida?
Una condena existencial, solo podría ser una cárcel
con la pena y el dolor que ha de pasarse
al no ser dos los que aquí estamos
y sé que soy yo que no me dan las cuentas
para sentirme acompañado por tu voz en pensamientos
que si no los míos lo son tanto
y ya no me cabe nada nuevo.
Nada bueno va sobrando y, si no hay,
pues yo qué pinto resistiendo todavía
el precioso halo de tu sonrisa,
que a mí me sombrea, me da forma
y me eclipsa. Quien me asombras
eres tú cada nuevo día que comienza...
Mi cabeza por ti da vueltas
hasta romperse en mil pedazos
lo que hube con mucho esfuerzo yo labrado
en mis horas muertas
cuando no existe alivio o simplemente no se presta
para la ocasión de quien está peor que ayer
y aún lo demuestra mientras se sienta dentro
esto así... Qué alternativa a seguir
si es que hubiese alguna;
que la vida es dura y triste,
de eso no te quepa ninguna duda
(constantemente se repite
y yo no veo la salida
que se abra a mi disfrute...)
porque la búsqueda es interna
dentro cada cual de cada uno.
Yo a veces es que hiberno
cuando todo lo de fuera aburre,
que es solo mi reflejo,
sí, pero de mí todo se aleja aún
hacia donde yo no sigo
si es que puedo ahora rendirme:
todo es cuestión de valentía...
Y reírme hasta de mí mismo
se volvió la broma más sádica,
y reírse hasta las lágrimas
si hace falta algo llorar
aunque esto último nunca sirvió de nada
a quien vaga por el desierto ardiente
quemándose las plantas de los pies
y no hay nadie que lo encuentre
entre la arena ya secándose
y ofrezca agua la salvación una mano dios.