Dos amapolas
estaban junto al río
muy temblorosas.
Culpa del viento
bajando de los montes
con mucho frío.
Por eso tiemblan
y son muy delicadas
con corta vida.
Luego se irán,
durmiendo con el río,
para otras tierras.
Disfrutarán
de un sueño sobre el agua
que se las lleva.
Quizás arriben
a un puerto sin marinos
ni embarcadero.
Quizás entonces
se duerman las banderas
y los castillos.
¡Benditos sueños
de amor y poesía
de tantos niños!
Las mariposas
sonríen mientras tanto
al ver tus labios.
Quieren besarlos,
libar ese suspiro
con tu candor.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/01/21
Dos amapolas se encuentra, temblorosas, a la orilla del río y el poeta las ve y deja correr la fantasía. Elabora un mundo, una situación, un sueño y, sin darse cuenta, le salen estos versos al papel.