Por tus campos he sembrado
muchas semillas de amor
y he arrancado el rencor
que a mis pasos he encontrado,
y por doquiera he dejado
férreas dosis de valor
para vivir con fervor
y espíritu enamorado;
muchos frutos les he dado
para acrecentar el bien,
para atacar al malvado
y fortalecer también
la confianza en lo sagrado
y la fuerza de la fe...