JOHNNY MONTENEGRO

EN TU MUERTE

Esos tus labios que fueron antaño rosas
se volvieron dos pétalos de flor marchitos
dos líneas lúgubres escritas en prosas;
¡labios lívidos, exánimes y aun bonitos!

Aquella tu piel hermosa de tersa seda
se coloreó rápido en funesto mármol;
nostálgico es contemplar como inerte queda
y sin vida como el tronco de un inerme árbol...
tu cuerpo frío sin que revivirlo pueda.