La mirada naufragó en el
acápite de tus ojos
Con una venda negra los
ocultaste para salvar al
amante que allí se hubo
perdido
Labios encendidos con
sabor a uvas de buena cepa
Jugosos se abren entregando
pulpa y saliva donde danzar
las lenguas
En tu pecho florecido
dos amapolas gemelas
a cada beso a cada caricia
correspondes provocando
nuevas adicciones
En el centro de tu vientre
último descanso antes de
verterte hacia el abismo
entre tus muslos oculto
El ombligo reina y provoca
el beso que la lengua deja
e intensifica el gemido que
de tus labios escapa
Dos pequeños labios rosados
dan la bienvenida al tallo
en su penetrante búsqueda de
coronar al vivo rubí entre ellos
latiendo
#PoetaUrbano