Guillermo Bustamante

Acabo de llegar

A los amigos que me han escupido

 

El ombligo de una noche

cualquiera

iba a ser la madre de

mi muerte

 

Un agrio silencio se tornó en cuchillo

al borde de mi piel

recién advertido el peligro

sobre el filo de mi pecho

 

Hubo un disparo de inspiración

en mis músculos viajeros

y sentí perder todo mi acento

en aquella lluvia horrenda de recuerdos

cuando me resbale a la vida

 

¿Y mis amigos?

 

Pobres de ellos

 

Todos se durmieron en la tibieza de sus ojos

mientras la dura prueba

rompía el polvo entre los árboles

 

Al promediar la madrugada

una gota de perdón

intercaló mis sueños