Se acostumbraron mis manos
a acariciar tu piel
y le sucede a mis pasos
sólo van hacia donde tú estés.
Se acostumbraron mis ojos
a mirarte enamorados
y en cada latido,
mi corazón te dice te amo.
Se acostumbraron mis labios
a besarnos con pasión
y es maravilloso para mi cuerpo
amanecer sobre el mismo colchón.
Se acostumbraron mis sueños
a tenerte siempre en ellos
y mis oídos extrañan
cuando no escuchan tu te quiero.
Se acostumbró mi vida
a que seas todo en ella
y es hermosa esta costumbre
que deseo sea eterna.
C L