LAS PENAS SON OTRAS
Se quedaron solas,
las penas ajenas,
en las telarañas,
que tejen insidias,
colgadas del hilo,
de las noches frías.
Y ya no son buenas,
las palabras tibias,
ni son tiernas voces,
ni miradas limpias.
Canta el viejo canto,
silba el viento eterno,
murmuran los llantos,
se erizan los vellos,
y en la encrucijada,
donde gira el tiempo,
se asoman los viejos,
para ver lo nuevo,
como el infinito,
sin poder creerlo.
Ya le da la espalda,
ya no tiene miedo,
mira al odio enfermo,
que quiere poseerlo,
y al mirar de frente,
respira el silencio.
Se han quedado solas,
las ajenas penas,
se las lleva el tiempo,
ocultas de nuevo.
Guirnaldas de abrazos,
luminarias de egos,
sentencias sin verso,
y ausencia de sabias,
palabras sin texto.
Las penas son otras,
y nuestros los besos,
fundidos en telas,
de colores zafios,
sin alma ni cuerpo.
Se han ido sin verla,
el amor ha vuelto,
y por el camino,
se quedó sin tiempo,
entre dos caricias,
volando entre cielos,
con las manos limpias,
y el amor entero.
Angel L. Perez
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13/07/2021