Un cuerpo distante, inexplorado
Sobre la niebla, entre los pensamientos sombríos
De un invierno vehemente que lacera la tierra
Como a los afectos que se vencen en las sombras
En las malezas de un pasado cargado de recuerdos hirientes
Llevados por el viento entre árboles gigantes de faltas inconscientes
Un cuerpo entre penumbras, ignoto
Divagando entre altares y aquelarres
Como sombras de fantasma torcidas por la luna
Frías, pisoteando las ternuras, abrazadas a la nada
Levantándose como hiedras negras, sobre el latido abandonado
Un cuerpo entre luces tenues, acercándose
Como memoria de estrellas solitarias, iluminando inmensidades
Con sonidos de abriles cual sonetos de las entrañas
Descubriendo esperanzas, musitando oleajes
Acariciando las hojas nevadas en las alturas del alma
Un cuerpo de esperanza, aproximándose
Escapando de las sombras para anidar en el ánima
Refugiándose en el mar, entre caracolas y gaviotas
Volando libre, sobre tempestades vencidas, derrotadas
Abriendo sus alas al cielo, entre constelaciones y montañas
Un cuerpo que ha llegado, con sus raíces de encanto
Penetrando la esencia, germinando en la aurora
Entre sabanas de ceda desposadas por el viento
Por el murmullo de un te quiero, el susurro de un te amo
Un cuerpo remojado, renacido entre brazos
Escapando al olvido, evocando los vientres.