Luciano Camaño

¡Gracias Soledad!

 

Cuando abrazas la soledad ya no hay vuelta atrás, es un paso para nada fácil, pero de lo difícil se compone cada solsticio de nuestro existir;
Es que siempre fue asi: cuando crees que estás en la nada ahí se encuentra la bendita solitaria, despreciada por mí sin embargo siempre fiel cuando no hay nadie aquí. 


Del llorar al reír, de la lagrima a la risa, del suspiro a la dicha pertenecen a ese pequeño paso del dolor al placer en esta comedia llamada vida.

Cuando te besas con la soledad de la nada la nieve se te hace agradable, no sale el sol pero sientes que no hay lugar más caliente que tu mismo en este plano frío.
Cuando de veras te aferras a ella es cuando puedes salir y decir \"no era tan malo estar ahí\".

 

Cuando te reconciliaste con la soledad se dio el armisticio, un alto al fuego a las balas en tu cabeza que fogean dudas, tristes recuerdos y mal tragos que están en terapia intensiva porque te estás recomponiendo. ¿Cuando viste que una mariposa se hizo de la nada sin antes destruir lo que era?

 

¡Gracias Soledad! Eternamente gracias por ser mi compañera en este anochecer y en el amanecer que nunca llegaba pero que esta vez, por lo más bendito de este mundo, llegó.