Estoy jugando
a que todo ha salido
tal y como siempre deseé,
y juego conmigo
como un amigo invisible,
el único
que todavía no se ha ido
a donde le marca el destino.
Mi alma triste
por siempre
se inflama
y resiste en el cuerpo
por ver lo que finalmente suceda...
Todo se siente
como perdido o ajeno
mientras tanto aún juego
con la sombra
de una realidad prisionera en un verso
que no da encajado el siguiente.
Y juego y juego
y se me pasa la noche
con los ojos abiertos
a un cielo mío interno
a punto de estallar en tormenta...