Atravesando en la penumbra, por el bosque de Broceliande
Marchaba un ingenuo, príncipe, que no quería ser grande.
Tal vez, se ha enloquecido…
O al parecer ha padecido, la infidelidad de los enamorados.
El no escucha, alegatos, pues es un hombre solo.
¿Entonces qué le pasa…?
...Suplican su socorro.
Era insólito ver al príncipe, levantado, fuera de su lecho.
Sin sus bebidas, manjares, postres y bananas.
Y mucho más, desprotegido, sin su devota caravana.
La misma tierra disputa…
¿Por qué tanta amargura… y su degradada figura?
El príncipe permuta su castillo, por un simple saco de trigo.
¿Quién cambiaría de momento, panes, por todo su testamento?
¿Como si nada…?
desatina, con sus errados pensamientos…
Y de su elegante traje de etiqueta, de la más fina seda,
Comentan, que lo ha canjeado, por un poco de perejil, sal y pimienta.
Rodeado de riquezas, nunca lo visitó la felicidad. y sin una bella dama.
Para qué, vivir solo en su palacio. Mientras se sofoca y se destruye el alma.
Todo, cambió con un sueño, que le llegó a la conciencia.
En el, comenta, ver la más bella, dulce cenicienta,
Rodeada de flores, risas y candores.
ella le dijo… para que sea tuya.
Al asomarse el alba...
...Toma la carta que te deje en el árbol de oro,
Encontrarás mi nota colgado en su regazo.
En el momento acordado,
Tomó la nota del árbol de oro.
En la nota le decía;
“en el pozo de la virtud. Está tu tesoro”.
Allá no descubrió, la eterna juventud. Pero si la certeza,
De encontrar la felicidad al lado de su princesa.
Pero antes de evaporasen tus horas, renuncia a toda tu fortuna,
Porque el dinero, es frágil no dura, nunca te enriquece.
…Te llevará a la simpleza, a la verdadera pobreza.