Me despojo de tu hechizo, como cuando te quitas la ropa para tirarla a la basura.
Desisto de ti.
De tu memoria selectiva y tus días de cerveza con mi nombre en la cabeza,
Desisto de mi falta de juicio cuando se trata de tu persona, de ser tan ilusa, empeñada en estar pegada a lo que un día sentí por tus huesos.
Corro bien lejos de tus encantos endemoniados.
Me declaro libre de ti.