Yo con el alma errante,
nómada hasta encontrar,
sutil encanto afrodisiaco,
que a mi libertad hizo suicidar.
Flagrante hermosura carmesí,
que encierra entre sus comisuras,
perlas brillantes,
que esclarecen mis días.
Alucinógeno adictivo,
contemplar su atractivo,
abolir mi fuerza cual kriptonita,
eclipsando mi entereza.
El te amo en el Mediterráneo,
que jamás me dejará marchar,
a menos que surque contigo,
mientras nos perdemos en el mar.