Encarcelado vivo en tu prisión,
¿Porqué no soy como la mayoría?
Libre, viviendo el día a día,
liberado de esa extraña prisión.
Solo tú me conoces, solamente tú,
¿Quien soy? Que nunca me visto,
ni socializo, ni a festejos asisto,
aislado, lejos de la multitud.
Me llevas contigo, y me oscureces,
con la sombra de una idea insistente,
y al luchar contra tu mente,
siento la presión que me ejerces.
No me envíes a las rejas de hierro,
libérame, y libérate de mí con placidez,
rompe las cadenas de una vez,
y huiré para siempre de este encierro.
José Antonio Artés