La de José Arcadio...
La del Gitano...
La tuya...
La mía…
La misma de mi padre
Francisco,
Perdido en Vendavales
Del Ser misterioso
Y Oscuro
Que nubló su mente
Por años…
Piedra filosofal esquiva
Cobarde.
En fuga siniestra
Que jamás encontrás…
La que despierta Pasiones...
Y ese Eco
Subalterno
Del mismo
Lord Byron…
Trueno y Plegaria…
Borren las estrellas…
Y que la misma Noche
Se vuelva la Nada.
En éste, el último Ocaso
Del Intolerable e Incomprensible
Universo,
Que de Alquimia, hechizos.
Pestes y barbijos,
Y de Amores,
Tampoco
Sabe
Nada...
(Patricia)