Los acordes de tu sonata
tocada en la fibra de mi corazón
despiertan sentimientos dormidos,
mientras tus susurros,
cual una sinfonía enardecida
que Beethoven nunca se atrevió a componer,
seducen mi testosterona impaciente
para levantarse aplaudiendo,
encendiendo mi libido
en un eclipse de mis sentidos
David Arthur ©®