He superado el dolor
de sentirte tan lejana,
de entregarte cuerpo y alma
y mi amor sin condición;
también dejé cuán pasó:
el sentirte distanciada,
el mirarte en lontananza
y el decirme un cruel adiós;
acepté aquella partida,
tu abandono y soledad,
entre gris melancolía;
pero nunca borrarás
la esperanza que me abriga
de que siempre te he de amar...