Un baile sin fin recorre tu cuerpo, un baile donde solo somos tú y yo. Encontrándonos en el tiempo… En silencio, pero amándonos, queriendo ser, y siendo, queríamos y lo teníamos, nos deslizábamos en la música que tu cuerpo emanaba, disfrutábamos el eterno baile que nuestros cuerpos juntos dibujaban, como un artista guiando a su pincel para crear los cuadros más hermosos, los paisajes más detallados, y eso éramos, éramos un cuadro ¿O eremos lo hermoso? No lo sé, más mi alma gritaba de felicidad, encontrándome a tu lado, en un baile sin final, un baile de descubrimiento, descubriendo en tus movimientos lo que eras, y eras un momento, un momento fugaz, un momento que en mi más profundo pensar y con mis más profundas penas, odiaba, porque se iba a terminar, no todo era eterno, pero si el destino existía, escuchaba mis gritos de deseo por quedarme allí hasta que mi piel deje mis huesos, solo bailando, con ella sujeta a mis brazos.