Voy caminando hacia el desencanto,
para averiguar un no se que,
y me encontré solo un no se cuanto,
donde lo que había, ya se fue.
Busco la pócima del amor,
y soplan vientos indeseados,
fragancia de una marchita flor,
que desprende un envase vaciado.
No disfruto hoy como yo quisiera,
y el mañana, será como el hoy,
la pesadumbre es mi compañera,
que aconseja hacia dónde voy.
Manejo siempre el mismo camino,
de paisaje diario y aburrido,
sin opción hacia un digno destino,
con viajeros, hacia un falso nido.
Quiero ser alquimista divino
y convertir el gélido invierno,
en una primavera de alisos,
para que lo busco sea eterno.
José Antonio Artés