De ver tanta oscuridad
olvidé la luz del día
olvidé lo que quería
tras la noche en soledad.
Hoy muy lleno de ansiedad
con nostalgias duraderas
despidiendo primaveras
me revuelco en mi silencio
y la luz no diferencio
¡Sufre el alma de cegueras!
No hay camino, caminado,
que no haya tenido grietas
y que los nobles poetas
no los hayan transitado.
Es hermoso haber triunfado
en caminos pedregosos
y los sueños que amorosos
anidaron en las sienes
al vaivén de los vaivenes
en los mares tenebrosos.
Pero así es la dulce vida
con múltiples altibajos
que golpean cual badajos
sin tener otra salida.
Pero el tiempo es quien valida
el esfuerzo y sacrificio
sin sufrir ningún suplicio
con el alma liberada
y la estima asegurada
sin temor al precipicio.