Su cara con las huellas del cansancio,
se observa de implementos saturada
dejando su esperanza cercenada
por virus inclemente que adquirió.
Pulmones colapsados sin oxígeno,
su mente en desespero hace repaso
de amigos, de familia, de su ocaso,
su vida despaciosa se apagó.
Familia entristecida por la muerte
no tiene la presencia del amigo,
sintiendo se incrementa su castigo,
aciago es el dolor del corazón.
Marcados para siempre por el virus
se sienten desolados con tristeza,
teniendo verdadera fortaleza
asidos a la nívea oración.
Angustia, desazón o la esperanza
presente en corazones abnegados
que brindan su bondad a contagiados,
buscando superen la enfermedad.
La lucha es incansable, permanente,
merecen los aplausos más grandiosos
son grandes profesionales virtuosos,
demuestran verdadera humanidad.