Que podamos salir de tanto lodo,
a veces se me hace muy impensable,
viendo la realidad tan implacable,
curioso me pregunto: ¿De qué modo?
Me pierdo entretenido en el recodo,
me preocupa la espada y aquel sable,
del golpe militar indeseable,
de un general con nombre y con apodo.
¡Atentos, vigilantes, no se duerman!
pues en cualquier momento nos golpean,
algunos poder quieren, lo desean,
dictadores ansiosos, que se amuerman,
ufanos por Colón, ya se pasean,
en viendo sus banderas como ondean.
Van por su plaza, ¡Vean...!
A los fieles cachorros herederos,
de un golpista asesino, con sus fueros.
Copyright: Roberto Santamaría