Emprolijo mi barba, mis cuentas, mi costumbre.
Recorto despiadadamente tus imágenes.
Apenas consigo dejar fijo lo inamovible.
Te amo destartalando lo que anteayer amuré.
Hoy coincido con mi buena fe de erratas:
Las noches que no dormimos fueron
Otros anzuelos, otras fugas.
Voy a incinerarme en tus huellas
Huyendo hacia un país de niebla.
Un rayo (tal vez una palabra tuya)
Horada mi lóbulo prefrontal,
Basta verte sonreír
Para no querer salvarme.
Fue necesaria nuestra pequeña pérdida
Para que lo cálido
En mí
Hiciera hueco
En lo cálido
En vos.