Entre inseguridades se balancea la noble figura de una rosa, lamentándose entre las cortinas de una noche sincera
Mallugada y casi marchita implora por el tiro de gracia, sin embargo, nunca hay respuesta
Solo quiero huir de esta agonía, mis pétalos han dejado de ser lo que eran y aunque muchos me recuerdan con gracia ya no soy ni la mitad de lo que era.
Ofrecí todo mi brillo y vitalidad a un espectador y ahora me he quedado sin nada.
Me he encontrado a mi misma en mi más puro estado, siendo solo una planta más, con la misma función y destino que todas...
Mis recuerdos de esplendores pasados me ciegan ante lo que soy ahora, de ser el ser más hermoso de la tierra me he convertido en una simple rama, me niego a aceptar que ya no hay belleza que me adorne, ni rocío que me rejuvenezca.
Quién podría querer a un simple tallo con hojas caídas, colores obscuros y sin habla?
Incluso yo misma me niego a amarme de esa manera, tengo miedo a aceptar que ya no soy lo que fui, que tuve un cambio involuntario, que ahora soy otra versión de mi...
La tierra donde nací y crecí ya no son las mismas, pero siguen exigiendo a la rosa fulgorosa, ignorando que hubo tormentas y sequías repentinas.
Las plantas al rededor cambiaron y hoy se ven más hermosas que antes, pero por qué soy yo la única marchita?
Me niego a aceptar que ya no valgo tanto como las otras, en qué momento todas se volvieron tan hermosas?
Acaso la tierra en donde crecimos fue distinta? Tal vez el agua? La cantidad de luz? El abono? Pareciera que todo fue lo mismo... Pero creo que mi tierra se ha quedado seca...
Es solitario ser la única rosa marchitándose mientras ves como todas las demás florecen.
Quisiera que el miedo a la inminente muerte me paralizara, pero el tiempo sigue corriendo, y puedo ver y sentir cómo cada hoja y pétalo se desprende.
Aquí no hay pausas, todo fluye... Nada permanece...
Con el corazón en la garganta esta rosa espera su muerte pues nada más puede hacer, tal vez cambiar la perspectiva serviría, pero por el momento la solitaria noche y los bulliciosos días la acompañarán, con un velo negro lleno de melancolía todo está por terminar.