¿Qué es el invierno? Si de su verano se habla, ¿Qué es el otoño? Si de sus palabras como hermosas hojas naranjas no caen. El invierno teme al calor que de su cuerpo fluye, como un sol tan cálido que al tacto no quema, más te hace sentir acogido, eso era ella, era un sol, era un sol acogedor, un sol cálido, que al invierno sin temor y con impaciencia como si de su naturaleza cálida se tratará, transformaba por un cálido espacio donde solo éramos tu y yo, solo estábamos y solo disfrutábamos, donde con mis simples ojos miraban esa estación, que siendo invierno, pero notándonos verano, reíamos como almas que en el más allá se encontraban bailando la canción del infinito que en un ciclo sin fin, un ciclo inmutable e incambiable de amor. Nuestra pequeñas risas inocentes e inmaduras, siendo ella los rayos y yo las cobijas, siendo sus brazos el calor y mi cuerpo el frio, que equilibrados nos igualábamos, que iguales nos agradábamos. No sentíamos la atracción, puesto que no éramos polos opuestos, más éramos la misma esencia, el mismo ser, almas iguales en diferentes cuerpos, almas que trataban de unirse en un baile que al mismo cielo agradaba y a su mismo cuerpo confundía ¿De qué sirve el invierno si de tu calor no pueden mis brazos sentir? ¿Qué es un invierno sin ti?