El lobo estepario

Pyro

Observo el pasar de las horas,

tras la lucida pantalla

que me recuerda que solo

faltan horas para la salida del sol

y el fin de la penumbra.

 

La oscuridad me mece

y arrulla entre sus brazos,

mientras me susurra que no eres tú,

que ya no eres tú.

 

Minutos corren al igual que

mis pensamientos abriéndose paso 

de neurona a neurona,

llevando tu nombre en cada uno.