Y no hallé cosa en que no poner los
ojos
que no fuese recuerdo de muerte
Fco. de Quevedo
Sé tan poco,
¡tan poco!
Que tal vez
solamente haya aprendido
que la palabra no vence al silencio,
brutal ecos de gargantas
cortadas a tajo
por donde mana
a gritos nuestra desesperación
que gime
su última canción de cuna.