Que tan bien se puede estar
Cuando la tormenta cubre el cielo
Ni la sombra en vida puede resaltar
el viento en mi contra del frágil hielo
Que hago mientras la tormenta persiste
el nudo prisionero en la garganta
lagrima por la mejilla sin poder reírte
si vivir la vida no es ninguna santa
Qué triste me siento, sin alivio y condena
Débil ante la crítica sin principio
Que ata en el dolor de la rencorosa pena
Si no despierto te dejo carta escrita en limpio
Derrite el eco de la gente que miente
Muerte a la incredulidad del sentir propio.
Autor: Candi Flores