Frío firmamento,
piedra resonante,
cortinas donde nadie,
solo mi lamento
por no dar hallado calma.
Miedo siempre en medio,
ruinas de mí mismo,
yo un hombre enfermo
de rabia por tu ausencia
dentro de mis versos...
Fuera el mundo duerme
y me ignora en silencio,
una lágrima de esperma
y brindaré por ellos
desde otras dimensiones,
donde hago mi palacio
porque allí me siento bien
lejos de todo extraño
que me quiera ya en sus redes.
Mis velas tiemblan
al compás de estas palabras
que son mi hábitat
y todo mi sustento emocional,
soy la sombra viva
que en tus sueños siempre atisbas.