Agotado, clamo tus besos. Lastimosamente, sólo llegan tus miedos. ¿Seré yo uno de ellos?
Me excito, te muerdo, lentamente cubro tus senos, te escucho gemir y no lo creo. ¿Será sincero?
Despierto, no te encuentro. Fue cosa del momento. Tranquila, lo entiendo; somos amigos, y te doy gracias por ello.