Ratos solemnes
Susurros de Dios,
eólicos y perennes,
los que exhalamos, solemnes.
Soplos amenos
y familiares
los que vivimos
en nuestros lares.
Ratos históricos, trascendentes,
los que libramos por nuestra gente.
Hálitos eternos
e inmortales
de pueblos y mares,
donde se escuchan tus odas y cantares.
Aura poética
del tiempo
que brilla
en el cielo,
cual estrella
que alumbra la brisa
de la primavera.