Los hombres queríamos una mujer que fuera: cocinera en la cocina, señora en los salones y puta en la cama, y muchos tenían una señora en la cocina, puta en los salones y cocinera en la cama (con perdón).
Por su parte las mujeres querían: un visón en el armario, un jaguar en el garage y un tigre en la cama, y, lamentablemente, tenían que conformarse con un conejo en la percha, un Panda en la calle y un cerdo en la cama.