Balcones fueron testigos de la osadía de un sencillo,
hombre con magia y estilo; de esos nacos con brillo,
quiso conquistar las luces, de los ojos de cristal,
mujer hermosa de clase donde abunda sangre real.
Él un cantor de los pobres por su voz era afamado
en esos barrios de abajo entre lo impuro y pelado,
en una noche colado en una fiesta de alcurnia,
un amigo de una orquesta lo invito para ayudante,
y canto como nadie en esa noche, entre la clase pudiente,
escuchado por Cristal enamorada de voces,
pues era de un conservatorio la alumna que se reconoce.
Y sucedió aquella noche travesura del amor,
a ella le canto él, como entre tenores tenor,
y Cristal se enamoró cual imposible de uniones.
y le cantaba en balcones a escondidas serenatas.
Pero la intriga llego de amigos y familiares,
decían que él era inferior y no cabía en fino cuadre,
en dudas Cristal se arrepentía por darle alas al pobre,
pues lo que ella sentía se escapó por no ser noble.
Y se arrepintió cristal por cuestiones de etiqueta,
dejando al pobre de Bruno solo cantándole al cielo,
donde las estrellas lo escuchan dándole su consuelo.
Lic. Isaias González Arroyo.