Qué tristeza me da recordar
como se apagó el candil
de tu dulce mirar...
Eras tan simpático y jovial
que a todos encantabas con tu hablar,
dejabas un hálito de apasible suspirar.
¡Hermanito de mi corazón,
eras dulzura y candor!
Hoy lloro tu muerte sin razón,
ese destino despiadado y cruel
que de mi lado te arrebató,
dejándome en soledad
con un corazón fragmentado
por el profundo dolor,
que me causa tu desaparición.
Hoy después de tanto tiempo
no me acostumbro
a vivir sin tu presencia,
en tu corto transitar
dejaste huellas
tan dificiles de borrar.
Ya no hay caso tener querellas
con la que tu vida cegó,
lo dejo en manos del creador,
yo se que me iluminas
desde adonde resplandece la aurora.
En ese día fatídico de la tragedia,
un ángel del cielo bajó,
del asfalto tus frangmentos recogió
hizo con ellos una estrella
y la puso a brillar
en lo más alto del firmamento.
¡Esa estrella eres tú!
la que me guía en todo momento,
la que alumbra mi sendero
cuando hay tormento,
la que con su rutilar
quita las sombras de la oscuridad,
la que no deja de titilar
cuando hay adversidad.
¡ Estrella mía!
Que me acompañas noche y día,
yo te pido... !Estrella mía!
Qué nunca dejes de rielar.
Felina