Ya no tiñe la verdad en la tela
La virtualidad se hace presente
Vientos y mareas de acuarela
Sueño y fruto, caen fútilmente.
Cada vez nos volvemos más obsoletos
Serán robots los que sientan en el futuro
La estrella llegará insana, el fin por objeto
El no dejarse poseer por el antaño conjuro.
Las canteras que ayer contuvieron amor
Se van transformando en rencorosas
Y ve como la soledad desespera sin color
Semblante que vaticina horas borrosas.
Me siento atado y sin permiso
Sin dudar librarme, eso intento
Calando bravo, pulso indeciso
Abrir los hilos del descontento.
Un extremo es genialidad pura
Luciendo como elevado arpegio
El otro extremo es plena locura
Columna vertebral del florilegio.