Nadia ALMAZÁN - OFICIAL

Salvándonos de todo

Entre el caos y la guerra,

entre los hoyos, la arena,

los lamentos de los hijos de eva,

la condena de la tierra,

 

nos tomamos por las caderas

una noche, dos,

para silenciar el mundo,

sin preguntarnos los nombres,

los pasados.

 

La reciprocidad de la paz,

de la necesidad del respiro,

de un segundo intactos ante en tacto,

con el fin de encontrar un refugio.

 

Nos guardamos en una colmena de fuego,

en el posible descenso de los dolores mundanos.

de los deseos,

de nuestras ganas.

 

Compartimos los cachos de carne

que espiritual nos acolchonan en un sueño

fuera de todo,

y enmudecen la conflagración.

 

El deseo sinónimo de calma

donde juntos eximíamos las dolencias.

En este espacio, en tu cama.

 

Moldearte

con la lengua entera

para habitar

en el vórtice de aire que se genera en tu nariz

cuando mi boca te toca las piernas.

 

Las palpables sombras que

se apoderan de un desierto

que se inunda de lívido

porque tenemos sed.

 

En el escondite del vino,

nadando en la compañía de nuestras soledades,

Salvándonos de todo, incluso del amor.