El tiempo desagua en el sumidero del recuerdo
que engulle el presente y lo transforma en nada
pues nada es lo que pudo haber sido
y pereció en las fauces del fracaso
o quizás bajo las garras del hastío.
Los fatuos espejismos nos arrastran
más la utopía se aleja tras las dunas
y el oasis se burla en la distancia
mientras mueres de sed sobre la arena
Quizás mejor rendirte a los coyotes
o arrancarte la venas a mordiscos
que seguir arrastrando soledades
tras la huellas de un porvenir ficticio
Quizás tan solo sean pesadillas
y despertemos borrachos en la alcoba
abrazados a una mujer extraña,
con la bilis quemándonos la boca
con las manos rebosando nadas,
los ojos arrasados por las llamas
el corazón rompiéndonos el pecho
y la esperanza violada y desangrada.