Papeles sobre la mesa a la espera de los versos
Mi mano aun incrédula, aspirando el encuentro
Imágenes a contraluz como envueltas de roció y nube
Y un verbo en el tintero anhelando ser poema
Días plenos como océanos esperando ser mojados
Por tus olas indómitas donde navegan los sueños
Para llegar a la orilla de mi alma iluminada
Por tu espuma que transmuta en canto sacro y estrella
La negritud de la noche que ansía ser mañana
Para despertar a tu lado y renacer con el alba
Y deslizar suavemente su anular sobre el lienzo
De tu figura inmaculada que desea ser amada
Una túnica de seda para guardar tus aromas
Perfumando la entrega de tu cabellera ondulada
Donde se ocultan misterios de silencios y palabras
De mis manos candorosas que arrullan tu esperanza
Bálsamos ingenuos que humectan las espaldas
Hasta llegar al espacio donde brotan las montañas
Donde fluyen los ríos de caricias emancipadas
Para convertir a tu vientre en manantial y añoranza