Paraíso de amor...
Desperté en el paraíso
de tú cuerpo deseable para mí.
Éramos fruto codiciable
envueltos en la piel de
las caricias y comimos
del fruto prohibido.
Tú con sutileza me mecías,
en cóncavo y convexo
en el árbol de la vida
del bien y del mal nos complacimos.
Fruta madura del manjar
Comimos y saciamos el hambre
de amor entre sus ramas.
Y seguía mecida de pasión
y de deseos entre tus piernas,
qué fuerte me apretaban
y me retenías entre tus brazos,
ahogándome con pasión desmedida
y desobedeciendo y comimos del árbol prohibido.
Abrazamos la grandeza
y la fuerza del amor
con el calor del cuerpo
sabiendo que lo prohibido,
nos lleva a confesar nuestro pecado.
...Y sin remordimiento alguno
prometimos vivir amándonos,
disfrutando un buen vino tinto,
y nos bebimos la piel en cada beso,
sin culpa y sin castigo.
...Y los dos apasionadamente nos tuvimos
en el paraíso terrenal comiendo el fruto prohibido
que nos hizo despertar deseos dormidos,
llevándonos a sentirnos y a tenernos llenos de placer
había fuego en la sangre y fulgor en la piel,
al sabernos salvos y amándonos desde el alma,
con este amor sin culpa ni penitencia,
solo consumidos por el amor que nos llevo a unirnos
en cuerpo, alma y espíritu, consumidos por el deseo,
bebiendo vino de amores sentenciados a morir por amor.
Y nos sorprendió la desnudez
de cuerpo, alma y espíritu,
para amarnos sin pudor, ni recato,
En el paraíso terrenal de los deseos.
Despertando muchas mañanas
envueltos de amor y comíamos
eufóricos el fruto prohibido.
éramos fruta codiciable en un paraíso de amor
y los dos disfrutamos hasta morir sabernos dueños
de este gran amor que nos comimos por placer.
Siempre Tuya, Siempre Mío. Te Amo, Amor!!
Alicia Pérez Hernández…México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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