Dragan el monstruo, fue derrotado dicen,
estaba flotando dando fuegos materiales,
arrasando a sus míseros serviles.
Dice el sacro pergamino de eclesiales,
que el barbado Lord corto su testa,
cuando vomitaba sus mágicos venenos,
para domar al totus gobernante.
Aquel era facultado ahí entrevemos,
en versículos promíscuelos sánscritos,
por el viejo supremo de montañas,
de hacer daño a todos los hijitos.
Que de infieles las alas adoraban
de un tótem tan falso que parlaba.
Cuando entonces llego el momento hora
de verter lo escrito por Lord Blanco.
Fieles e infieles son cuasi arrasados,
dicen fueron monstruos en secuencia.
Hasta que por fin se escucha una trompeta,
y bajo el Barbado en son de guerra
lanzando a sus hijos a la siega.
Detuvieron a Dragan, que, sin cabeza,
quedo por el arma del Barbado y su realeza.
Y una era de paz después notoria
y los hijos del Lord celebraron su victoria. Fin.
Lic. Isaías González Arroyo