Quiero abrazarte,
sentir tu corazón uncido al mío,
besarte los ojos con infinita dulzura,
acariciar tu rostro,
sumirme en la profundidad de tu laguna esmeralda,
escuchar el murmullo de tu voz,
sentir el calor de tus manos en las mías.
Quiero bogar en el mar de tus cabellos,
buscar tus labios y acariciarlos lentamente
respirando el aroma de tu aliento hasta embriagarme,
y poco a poco entreabrir la guayaba de tu boca,
saborear tu esencia,
que nuestras lenguas jugueteen como gatos en celo.
Quiero sentir tu cabeza en mi hombro,
tu cuerpo palpitar junto a mi cuerpo,
decir cuánto te quiero y cuanto te he querido,
quiero soñar despierto
e imaginar que el tiempo no ha pasado,
que puedo tomarte entre mis brazos
y sembrarte la piel con mis caricias,
perderme entre tus senos,
y arder en el geiser de tus muslos,
beber de tu grial sagrado hasta embriagarme,
sumirme en la laguna de tu vientre
y entregarte la vida.
Pero hoy ya no es ayer, han pasado cien vidas,
y a pesar de todos mis errores, mis mentiras y traiciones,
te amo mil veces más que entonces
si es que fuera posible…
La próxima vez que tiembles en mis brazos,
se abrirán las compuertas del futuro.