Espero del altísimo
su amor y entendimiento
que véante mis ojos
dentro del pensamiento.
Y vea quien asoma
con rosas de ternura
dónde su dulce aroma
da paz al alma pura.
Que se descubra lo que quiero
de su amor y su hermosura,
mira que el hombre necio y fiero
con su dolencia no se cura.
Quiero estar contento
no quiero más amargura
que todo es tormento
en mi vida diaria dura.
A quien esto siente
solo me sustente
de mi Dios ausente
lo tengo presente.
Y que sepan mis ojos
que eres mi Dios bueno
y véante mis ojos
mi Dios dulce y sereno.
Y apaga mis enojos
pues tú amor puede deshacellos,
y como Juan de la Cruz
y véante mis ojos
solo para ti quiero tenerlos.