Te extraño. Te extraño. Te extraño.
¿Dónde estás?
Del otro lado.
¿Con quién?
Con la soledad.
¿Y por qué me has abandonado?
Porque demasiado te he amado.
En tus cabellos blancos la pasión he hallado,
como la triste miseria de una larga vida más pesada que cien años.
Sé bien que no existe poción mágica que pueda reparar la mitad de estos daños.
¿Compartirías conmigo este último vino?
Aquel añejo amigo me dijo que tú habías venido.
¿Y qué hay de mis dibujadas líneas de vida?
Aquellas que besabas antes de tu inexplicable partida.
Te extrañarán. Te extrañarán. Te extrañarán.