Intensidad de tus palabras
La piel rasgada aún está por aquel frío embriagador al escuchar de tu boca, aquellas fulminantes palabras.
Recuerdo como si fuera hoy la helada como calaba hasta las entrañas, abriéndose paso hasta lo profundo del alma.
¡ No te miento...ven !
¡ Anímate a sentir mi corazón casi muerto !
Ven...dime qué solo es un sueño.
Perdón por ello, pero es que yo ya no lo siento.
Ven, no es juego...
¿Por qué ha de destrozar y aniquilar todo aquello que un día supo levantar y elevar hasta el cielo ?
Que me lo explique alguien si acaso puede, porque yo ...yo no lo entiendo.
Se que no tienes idea de ésto que siento, y no te culpo por ello...de nada de hecho.
Es que en mí será tú nombre, tú voz, tus letras...hasta tú ausencia siniestra, frágiles dagas que clamarán por siempre vehemencia.
Gianella (G.V.E.)