David Arthur

El arroyo

 

No más un arroyo manso,

demasiado lleno

no de autoestima

sino de lluvias torrenciales,

forzándolo hacia adelante

más y más rápido

demasiado rápido,

aturdido,

acosando su camino

hacia caos destructivo,

desbordando sus orillas

hundiendo el terreno ya empapado

 

Como un ejercito en marcha,

derrotando a toda resistencia,

las aguas, cual una vorágine

inundan los alrededores,

libre de las privaciones

de su serpenteo innato,

restringido como un condenado

en su camisa de fuerza,

con venganza,

un oleaje indiscriminado,

entra el pueblo indefenso.

 

Solamente los pajaros escapan.

 

David Arthur   ©®