En mi alma te llevo
como una daga,
clavadita hasta el fondo
de mis entrañas,
clavadita con fuego
que has encendido
en mi carne, en mi sangre
y en mis sentidos
un puñal damasquino
que me desgarra
cuando miro esos ojos
verde esmeralda
que me ignoran altivos
que me desprecian
y que juegan conmigo
sin darme tregua
Clavadita hasta el fondo
y sin esperanza
de que cierre la herida
que me desangra
porque muero de amores
y en mi agonía,
soy feliz porque muero
lleno de vida.