Tu me eres cercana,
cual junco de madera.
Y te siento y te palpo,
cual motivo de atención.
No es preciso el mirarse,
si ya se conoce al tiempo;
Aquel que nos dio espacio,
aquel que nos dio remiendo.
No te olvido, no te hayo,
estás ida y a fuera;
¿Qué pasará por tu vida?
¿¡Qué ya no me esperas!?
¡Oh la vida!
¡Oh lo leve!
¡ Oh el camino!
¡Oh el viaje!
¡Oh la hermosura!
De tus labios color fresa,
y con sabor a pintura;
Que pronuncian mientras cesan,
los días de mi amargura.